En diálogo con Canal E, Gastón Alonso, economista y analista financiero, aseguró que el reciente respaldo del Tesoro de Estados Unidos representa “un salvavidas muy importante para el Gobierno”, aunque aclaró que aún no hay detalles oficiales sobre el acuerdo.
Apoyo financiero y condicionamientos geopolíticos
La crisis financiera de la semana anterior tuvo un giro inesperado tras un nuevo respaldo del gobierno de Estados Unidos. Según explicó Alonso, “la semana pasada terminamos con ventas de mil millones de dólares y un escenario de ‘game over’”, pero la reacción del Tesoro estadounidense cambió el panorama.
“Este salvavidas que viene de parte de Estados Unidos parecería ser una línea de swap de 20.000 millones de dólares, con la condición de saldar el swap con China”, sostuvo el economista. Ese acuerdo, en caso de concretarse, implicaría el fin de un tramo de unos 5.000 millones que Argentina tiene en uso actualmente con el gigante asiático.
«Lo que está haciendo Estados Unidos con Argentina es algo bastante excepcional”, remarcó. Y advirtió que “obviamente va a haber una contrapartida, algún pedido puntual”, como la eliminación del swap con China y, posiblemente, otras condiciones que aún no se conocen oficialmente.
Alonso aclaró que “por ahora no hay nada más que un tuit”, pero subrayó el impacto inmediato en los mercados: “Galicia subió más o menos 35% en lo que va de la semana”, impulsado por la expectativa de estabilidad financiera.
Perspectivas para la deuda y la economía real
Más allá del entusiasmo financiero, Alonso puso en perspectiva los efectos reales: “Hay que afinar qué significa este cambio, porque muchas veces se confunden las bondades del mercado financiero con la economía real”, explicó.
El apoyo norteamericano incluiría dos componentes clave: “una parte de compra de deuda para empujar su cotización y un crédito stand-by del Fondo de Estabilización Cambiaria”, una herramienta clásica para situaciones de inestabilidad.
En cuanto al riesgo país, el economista explicó que “básicamente mira si los bonistas van a cobrar o no”, y que este anuncio genera expectativas positivas porque “aparece la plata para el pago de enero y junio, ambos de más de 4.500 millones de dólares”.
Sin embargo, advirtió que los efectos sobre el día a día de la población pueden ser más limitados: “No hay que pensar que el riesgo país no importa, pero en el corto plazo no tiene un efecto muy directo sobre la economía real”, remarcó.
Finalmente, se refirió al trasfondo político del acuerdo: “El Secretario del Tesoro y el mismo Presidente están teniendo problemas internamente en su país por esta decisión”, dijo, en alusión a la resistencia del Congreso norteamericano.