El traspié del último miércoles en la licitación de deuda obligó al Ministerio de Economía a convocar para el próximo lunes a una colocación de emergencia. La estrategia oficial apunta a absorber los 6 billones de pesos que quedaron sin renovar para evitar que se vuelquen al dólar y presionen sobre la inflación. El Ministro de Economía intentó reforzar la política contractiva y en el mercado empieza a aumentar la incertidumbre. Se desplomaron acciones y bonos.
En la última licitación, el Tesoro logró un rollover de apenas el 61 por ciento de los 15 billones de pesos que vencían. Se captaron 9,1 billones de pesos y quedó un excedente significativo, que el equipo económico busca esterilizar mediante un aumento de encajes bancarios y la emisión de nuevos títulos públicos. A diferencia de llamados previos, en esta ocasión no habrá tope para la suscripción.
Encajes
El Banco Central, por su parte, endureció el régimen de encajes desde el próximo lunes. La Comunicación “A” 8302 elevó en 5 puntos porcentuales las tasas de encaje para depósitos a la vista, plazos fijos de cancelación diaria, money market, pases y cauciones bursátiles pasivas. Parte de esa exigencia podrá cubrirse con bonos del Tesoro adquiridos en la licitación especial del lunes. Además, se eliminará el promedio mensual para calcular el encaje. Ahora se exigirá su cumplimiento diario, con multas más severas para las entidades que no lo cumplan.
La jugada tiene un objetivo claro: absorber pesos. Pero también reaviva la “bicicleta financiera”. Con tasas de interés superiores al 70 por ciento y un dólar oficial que acumula diez ruedas consecutivas en baja (cerró a 1300 pesos en el mayorista), el esquema vuelve a ofrecer rentas atractivas en moneda local. El MEP se ubicó en 1307 pesos y el CCL en 1310 pesos, mientras que el blue retrocedió a 1320.
Luis Caputo defendió la estrategia en redes sociales, insistiendo en que la base monetaria ampliada se mantendrá fija y que los pesos que surjan del pago de vencimientos serán inmediatamente absorbidos. “Si no se renueva el 100 por ciento de la deuda, el Tesoro paga con reservas en pesos en el Banco Central. Eso aumenta la base monetaria, pero no la ampliada. En este contexto, los pesos se esterilizan vía encajes o instrumentos”, explicó.
Castigo bursátil
El mercado, sin embargo, reaccionó con pesimismo. Las acciones se desplomaron. El S&P Merval cayó 4,4 por ciento en pesos y 2,9 por ciento en dólares. Entre las líderes, Supervielle se hundió 9,6 por ciento, Telecom 8,4 por ciento y Edenor 7. Los ADRs en Wall Street mostraron caídas similares, reflejando también el mal dato de inflación mayorista en Estados Unidos, que fue de 3,3 por ciento interanual.
Los bonos en dólares retrocedieron hasta 0,8 por ciento, mientras que el riesgo país se mantuvo en 711 puntos básicos. En la plaza local, los títulos en pesos también mostraron bajas, reflejando la incomodidad de los inversores con el repentino cambio de reglas y la incertidumbre política a semanas de las elecciones.
Economistas del mercado advirtieron sobre el impacto contractivo de las medidas del Banco Central. «El apretón busca consolidar la baja del tipo de cambio, pero refuerza la tasa alta, con costos para la actividad”, indicaron. Agregaron que “el sistema financiero no encuentra un equilibrio razonable” y que la volatilidad de tasas sin un instrumento ancla como las LEFIs agrava la incertidumbre.
En la práctica, el esquema del lunes implicará que los bancos suscriban bonos del Tesoro para luego utilizarlos como integración de encajes en el Banco Central. Una ingeniería financiera que, según el Gobierno, asegura que los pesos no se escapen al dólar, pero que para el mercado representa un nuevo parche en un contexto de fragilidad.
Hagan apuestas
En lo que refiere a los activos bursátiles, el desplome fue generalizado. En la agencias de bolsa destacaron que la fuerte corrección obedeció a una combinación de factores. Balances bancarios por debajo de lo esperado, nerviosismo electoral y señales de endurecimiento monetario que ponen un techo al crédito y a la actividad. La toma de ganancias tras las subas de julio también pesó en el humor inversor.
El castigo se extendió a los bonos soberanos en dólares, que venían mostrando cierta recuperación. La toma de posiciones cortas y la preferencia por liquidez en moneda dura hicieron retroceder a los Globales y Bonar más operados. “El mercado está en modo cautela extrema. Hay tasas altísimas y dólar calmo, pero sin horizonte político despejado no hay apuestas de largo plazo”, resumió un trader de la city.