La escasez de chapas patente se convirtió en una preocupación extendida para miles de personas en todo el territorio nacional. Por tal motivo, en los últimos meses, resultó común ver vehículos sin identificación circulando por las calles, y desde el Gobierno atribuyeron el origen del colapso a mediados de 2023 a la crisis económica, las restricciones a las importaciones y la centralización del servicio en un único proveedor estatal.
Durante el 2024, el problema no recibió una solución efectiva. La situación llevó incluso a que la diputada nacional de la Coalición Cívica, Marcela Campagnoli, elevara un pedido de acceso a la información pública al ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, solicitando precisiones sobre las causas del retraso.
En su presentación, Campagnoli sostuvo: “El Estado no puede seguir fallando en cuestiones básicas que afectan la vida cotidiana de los argentinos. Es inadmisible que quienes hacen las cosas bien terminen perjudicados por la ineficiencia del Gobierno”.
El Ministerio de Justicia respondió de forma categórica al reclamo: “A partir del 1 de septiembre se normaliza por completo el sistema de entrega de chapas patentes. Por primera vez en años, habrá stock asegurado en todo el país para responder a la creciente demanda de vehículos: en el primer semestre de 2025 registramos venta récord de unidades O km, algo que no ocurría desde 2018”.
La nueva reforma del sistema
Según explicaron desde la cartera que conduce Cúneo Libarona, la solución surgió a partir de una reestructuración en el sistema. “Habilitamos proveedores privados por medio de licitaciones públicas, reforzamos la logística y desarrollamos un esquema de distribución para terminar con el desabastecimiento”, afirmaron.
Entre mayo y julio, el Ministerio reportó la entrega de casi 500.000 patentes, y anticipó que en agosto se distribuirán otras 432.000 unidades. Además, establecieron nuevos plazos para mejorar el seguimiento: “Desde el 28 de julio los registros deben informar en un plazo máximo de 48 horas cuándo están disponibles las patentes, y los ciudadanos podrán consultar el estado de su chapa en la web oficial de la DNRPA. También se informará a las fuerzas de seguridad para facilitar los controles vehiculares”.
El trasfondo del faltante de patentes
La escasez de patentes expuso tensiones políticas y sindicales. Desde la Casa de la Moneda, organismo que históricamente se encargó de producir las chapas, delegados de ATE denunciaron un plan de vaciamiento por parte del Ejecutivo. Según Sebastián Bravo, delegado sindical, el cierre de la planta de Don Torcuato fue un punto crítico: “La mitad de la Casa de la Moneda se cerró. El trabajo lo trasladaron a la sede central, y ahí logramos regularizar la producción tras meses de atraso”.
Por su parte, el Gobierno sostuvo que la fabricación fue derivada a la empresa Tönnjes Sudamericana S.A. a través de una licitación destinada a “romper con el monopolio estatal”. No obstante, los trabajadores señalaron que esta decisión derivó en más retrasos y problemas logísticos. Bravo incluso afirmó que miles de chapas producidas quedaron almacenadas sin ser entregadas, mientras el Ejecutivo aseguraba que la Casa de la Moneda se encontraba colapsada.
La creciente demanda de autos 0 km, respaldada por datos de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara), profundizó el impacto de la falta de patentes. La imposibilidad de identificar a los vehículos no solo entorpeció las entregas, sino que también generó riesgos en materia de tránsito y seguridad vial.
La circulación de unidades sin registrar compromete la trazabilidad de los automóviles y dificulta los controles. Por eso, desde el Gobierno remarcaron que la normalización prevista para septiembre será clave para regularizar la situación y garantizar el abastecimiento en todo el país.