Es la droga de moda para adelgazar, que popularizaron famosos y que hasta tiene una versión local. Conocidos por el nombre comercial de una de sus marcas, Ozempic, los agonistas del receptor GLP-1 están causando una revolución. Ahora, un amplio estudio analizó sus efectos secundarios y encontró varias sorpresas.
La investigación, publicada este lunes en Nature Medicine, revisó datos estadísticos de más de 2 millones de pacientes –todos veteranos de guerra estadounidenses– de entre el 1° de octubre de 2017 y el 31 de diciembre de 2023. Todos habían recibido fármacos basados en el receptor del péptido-1 (GLP-1). En Argentina, el más popular es el inyectable Ozempic y desde hace unos meses se comercializan también las pastillas de Dutide, pero en Estados Unidos hay disponibles otras marcas como Wegovy, Mounjaro o Zepbound.
Todos estos fármacos tienen un mismo mecanismo de acción. La semaglutida –tal el nombre de la droga– actúa de manera similar a una hormona que liberamos en el intestino cuando comemos alimentos, el glucagón tipo 1 o GLP1. Esto disminuye los niveles de glucosa en sangre y retrasa el vaciamiento gástrico, lo que aumenta la sensación de saciedad y como consecuencia directa disminuyen las ganas de comer.
Es por eso que esta droga, que originalmente se desarrolló para el tratamiento de la diabetes, también tiene un efecto beneficioso en el tratamiento de la obesidad y es justamente este el que más se popularizó.
Pero ahora este estudio observacional analizó todos sus efectos secundarios y se encontró con algunos positivos y otros negativos.
Entre estos últimos, se confirmaron los ya conocidos y frecuentes en el aparato digestivo, como náuseas, vómitos, y diarrea. Pero también se detectó que pueden afectar de manera negativamente tanto al páncreas como a los riñones y que, aunque son infrecuentes, pueden ser muy graves. Ziyad Al-Aly, director del Centro de Epidemiología Clínica de la Universidad de Washington en San Luis, Misuri y uno de los autores del estudio, sugirió que los médicos que la prescriben estén atentos a los signos de pancreatitis y vigilen la función renal.
En cuanto a los positivos, la semaglutida sorprendió con posibles beneficios significativos para la salud neurológica y conductual. Los investigadores hallaron entre sus usuarios menores riesgos de convulsiones y adicción a sustancias como el alcohol, el cannabis, los estimulantes y los opioides, menos riesgo de ideación suicida, autolesiones, bulimia y trastornos psicóticos, y además un menor riesgo de trastornos neurocognitivos como el Alzheimer y la demencia.
Según explicó Al-Aly, los efectos en la salud cerebral se dan por dos vías: la reducción de la inflamación en el cerebro y la pérdida de peso, lo que explicaría un menor riesgo de afecciones como la enfermedad de Alzheimer y la demencia. La reducción del riesgo de trastornos neurocognitivos en quienes toman esta medicación es entre un 10% y un 20% respecto de quienes no toman estas drogas.
No obstante, otros expertos matizaron las conclusiones de la investigación. «Estudios como este deben interpretarse con mucha cautela, ya que las personas estudiadas no han sido asignadas aleatoriamente al tratamiento con agonistas del receptor GLP-1, por lo que cualquier diferencia entre quienes toman y no toman esta clase de medicamentos podría ser atribuible a factores distintos al fármaco”, dijo a la agencia EFE Stephen O’Rahilly, experto en investigación metabólica de la universidad de Cambridge (Reino Unido).