El Gobierno nacional eliminó todas las barreras que existían para el ingreso de alimentos desde el exterior, con el objetivo de provocar una reducción en los precios de la comida que, en lo que va de enero, subió 2,1 por ciento según un informe privado. Cada vez más productos nacionales deberán competir con los que llegan desde otros países, donde los costos de producción son inferiores.
De acuerdo con el Decreto 35/24, publicado este lunes en el Boletín Oficial, se establece que los alimentos con certificación en países de alta vigilancia podrán entrar al país sin restricciones y serán automáticamente incorporados al Código Alimentario Argentino.
«Se eliminan las obligaciones de registrar y autorizar: muestras, productos, establecimientos, depósitos, utensilios y envases (32 hojas de trámites)», aseguró el ministro de Modernización, Federico Sturzenegger.
En tanto que para la exportación se levantan las exigencias para embarques al exterior y el Ejecutivo sólo emitirá los certificados que le requiera el país importador. «Buscamos alimentos más baratos para los argentinos y más alimentos argentinos para el mundo», resaltó el funcionario libertario, quien además aseguró que «innumerables» empresas solicitaron la flexibilización del trámite que complejizaba la colocación de productos locales en otros lugares del mundo.
«A un productor que necesitaba certificar una muestra para ver si podía abrir el mercado de EEUU le pedíamos que primero montara la fábrica. A vendedores de ajo que se iba a usar para hacer pasta en Asia les hacíamos medir el tamaño de cada cabeza (sic). En fin….», ejemplificó Sturzenegger a través de su cuenta en la red social X.
El modelo, que no repara en la protección de la industria y el empleo local sostiene que la nueva medida forzará la baja de los precios y con ello la estabilización del dato de inflación.
La preocupación del Gobierno se sustenta en datos que indican aumentos en los precios de alimentos y bebidas en torno al 2 por ciento en las primeras semanas del 2025.
Según el relevamiento de la consultora Analytica el rubro acumuló un alza del 2,1 por ciento en lo que va de enero y sólo la tercera semana subió 0,7 por ciento. Para el nivel general de precios del mes, el estudio proyecta un aumento del 2,4 por ciento. La cifra queda por debajo de la inflación general de diciembre, que fue del 2,7 según el Indec.
Entre las categorías que tuvieron mayor variación positiva en el promedio de las últimas cuatro semanas figuran Aceites, grasas y mantecas con el 2,9 y Pescados y mariscos, con 2,5 por ciento. Mientras que entre los que menos subieron se encuentran Lácteos y Frutas con 1,2 y 1,1 por ciento respectivamente.
“En los casos de importaciones desde países con los que rijan tratados de integración económica o acuerdos de reciprocidad, la Autoridad Sanitaria Nacional podrá también considerar satisfechas las exigencias de este Código, previa evaluación del sistema de control alimentario en cada país de origen”, detalla el nuevo régimen.
En noviembre de 2024 la industria de Alimentos y bebidas funcionaba en un 66,9 por ciento de la capacidad instalada, según datos del Indec, y el rubro emplea en la actualidad a más de un millón de trabajadores registrados. «Las importaciones por un tiempo pueden bajar los precios de los alimentos, pero generás cierres de fábricas, desempleo, se achica el mercado interno y cae el consumo. Además, cuando baja la espuma de la competencia con los productos nacionales, esos productos que llegaron del exterior aumentan en las góndolas. Todo esto ya lo vivimos», aseguró una fuente del sector.