De los 24 intendentes de Gran Buenos Aires, 20 cobran un plus por cargar combustible en los surtidores de sus municipios. En líneas generales, ronda el 2% y significa entre $100 y $200 millones mensuales. Los usan, según aseguran, para mantener en buenas condiciones las calles y avenidas de sus Partidos.
Se llama tasa vial y el ministro Luis Caputo asegura que es inconstitucional. Por eso, hizo una denuncia en la Corte Suprema de Justicia. Como no podía denunciar a todos los intendentes en forma general, la ligó Lomas de Zamora, uno de los últimos municipios en aplicar el tributo y por el que recauda $150 millones por mes.
El ministro de Economía consideró a este tipo de tasas “ilegales y arbitrarias” y acusó a los jefes municipales de atropellar con abusos impositivos a sus vecinos que «no guardan proporcionalidad con el costo de la prestación del servicio».
Si algo necesitaban los intendentes perokirchneristas para meterse en una pelea con el modelo de ajuste libertario era que le toquen sus bolsillos. Salieron de todos lados del Conurbano a cuestionar a Caputo. Le dijeron de todo, desde mentiroso, insensible, burro y ajustador serial.
Ariel Sujarchuk, de Escobar, lo llamó bravucón y lo chicaneó conque él quitará la tasa vial a cambio de que el Gobierno nacional también quite el impuesto sobre los combustibles. También pidió que se reactiven las obras de infraestructura paralizadas desde hace un año. Y que AySA retome trabajos de cloacas y agua corriente. «No conozco casta que bombee agua de pozo», ironizó.
Su vecino peronista del Conurbano Norte, Julio Zamora (Tigre), también le recordó a Caputo que «el total de la carga impositiva que tienen los ciudadanos argentinos -considerando una base 100 respecto de impuestos directos e indirectos- el Estado Nacional recauda un total de un 80, las provincias un 17 y los municipios sólo el 3».
El Ministro de Economía sabe lo que hace y los jefes del GBA también. Caputo no sólo judicializó la tasa vial. También decidió presionar a las dos grandes distribuidoras eléctricas del Gran Buenos Aires, Edenor y Edesur, para que dejen de cobrarle a los vecinos un porcentaje del alumbrado municipal junto con la factura de la luz domiciliaria.
A decir verdad, ni Edenor ni Edesur le hicieron mucho caso. Ellos saben bien que si los Municipios no cobran, ellos tampoco lo harán. Por eso aceptan sumar a sus facturas la parte de la A del ABL, que es el alumbrado. En el Conurbano admiten que la crisis pegó en la recaudación, aunque no en forma homogénea. Los partidos del Norte suelen tener mayor tasa de cobrabilidad, superando el 70%. En cambio, están los que no llegan, con suerte, al 40%. Moreno y José C. Paz son dos de los más golpeados. También Merlo, La Matanza y varios del GBA Sur.
La tercera arremetida de Caputo contra los intendentes es el tributo que se cobra según la facturación de los comercios e industrias. Es decir, por las ventas. Es el que se conoce como Seguridad e Higiene. Acá, los jefes del GBA entienden un poco más la furia del Ministro. Y culpan a La Cámpora por la decisión de incrementar de una manera irracional esa tasa. El principal apuntado es Julián Alvarez, intendente de Lanús, que lo remarcó para llevarlo al 6%. También señalan a Quilmes y Pilar.
El telón de fondo, siempre es político. En el PJ del Conurbano no tienen dudas de que Caputo hace lo que hace para alimentar el discurso de la baja de impuestos. «Su intención es construirnos en sus enemigos. Y él sabe que esta pelea va escalar en los medios y las redes. Acordate que, más temprano que tarde, se van a meter Bullrich y Milei de aquel lado, y Axel Kicillof y algún que otro gobernador, del nuestro».
En otras palabras, si hay algo que comparten tanto en el Gobierno como en el PJ provincial, es que este enfrentamiento por las tasas municipales bien podrían darle la bienvenida a la campaña donde, una vez más, la mayor discusión estará en el territorio bonaerense.