En medio de los fuertes cruces verbales que hace años se vienen produciendo entre gobernantes, opositores y dirigentes de diversos sectores como manifestación de la extrema polarización política que en los últimos días escalaron con agresivas expresiones del presidente Javier Milei, el Papa Francisco advirtió que “tanto antagonismo estéril no resuelve los problemas estructurales que la Argentina padece desde hace tiempo”.
En una carta a la Mesa de Diálogo Santafesino, que está cumpliendo 20 años, el Papa le reconoce a sus miembros que “a través del diálogo y el respeto mutuo promovieron la cultura del encuentro que nuestra patria necesita”, y señala que “sólo en el amor al otro, edificando el bien común, podremos cultivar la amistad social que no excluye y fraterniza con todos”.
Clarín publicó este fin de semana que Francisco está preocupado por la escalada verbal y anhela por el bien del país que todos los dirigentes bajen el tono, empezando por el presidente de la Nación, que tiene la mayor responsabilidad; además, considera que semejante tensión conspira contra el aporte a la unidad que querría promover si viene al país.
Jorge Bergoglio -que promovió espacios como la Mesa de Diálogo ante la crisis de 2001- felicitó en la carta -fechada este martes- la iniciativa santafesina que surgió, según él mismo recuerda, “en momentos muy difíciles del país y, particularmente, para Santa Fe que sufría las consecuencias de la inundación del 2003 que arrasó con un tercio de la ciudad”.
“En aquel entonces -afirma Francisco- urgía construir el tejido social, ponerse de pie y comenzar a caminar hermanados; ustedes supieron interpretar esa angustia social y, para ello, sabidamente decidieron crear un espacio plural de encuentro que permitiera superar las múltiples adversidades”.
Considera que “en estos años, aquellos objetivos que guiaron vuestro accionar como tomar conciencia acerca de la responsabilidad social en la vida comunitaria; despertar el sentido de la pertenencia ciudadana y fomentar una cultura del encuentro han dado fruto”.
Finalmente, el pontífice los anima a “seguir desarrollando la fraternidad con diálogo, respeto y acciones considerando al otro como un hermano valioso e íntegramente digno; de este modo podrá abriese paso un mundo en justicia, en paz e inclusión”.