La tecnología nos permite acercarnos a personas que están a miles de kilómetros de distancia; así, con un solo clic, las fronteras desaparecen; sin embargo, no ocurre lo mismo en lo cotidiano. El uso excesivo de la pantalla nos hace distraernos de lo que realmente importa y quizás un encuentro con algún amigo o familiar puede quedar desplazado, por lo que las relaciones terminan siendo más débiles y la confianza se pierde.
En ese sentido, los vínculos se debilitan y es muy difícil lograr que la otra persona se apoye en nosotros o viceversa. A raíz de esto, trascendieron cuáles son las dos palabras que los psicólogos recomiendan usar para que el otro se abra frente a nosotros y vuelva a contarnos tanto las cosas lindas como aquello que lo puede estar preocupando.
“Te entiendo”, es la frase con la que se puede fomentar la confianza y hacerle entender al otro que nos ponemos en su lugar y que nuestro oído es un espacio seguro para descargarse y decir lo que crea necesario, sintiéndose una persona escuchada y validada.
En esa línea, también es muy importante saber si a quienes estamos apoyando o en quienes nosotros mismos nos apoyamos, nos está mintiendo o utilizando. Pese a que son personas muy hábiles, hay una serie de recomendaciones para detectar cuándo estamos frente a un mitómano.
Richard Wiseman, profesor de comprensión pública de la psicología en la Universidad de Hertfordshire, en Inglaterra, realizó una entrevista para la BBC e indicó que algunas personas suelen ocultar cuando mienten. Sin embargo, la mayoría no puede hacerlo con seguridad. “Lo que se tiende a buscar en el trabajo de detección de mentiras es una desviación de la norma de la persona. Si alguien se rasca la nariz, podría ser señal de que está mintiendo o de un comportamiento perfectamente normal. No sirve de nada mirar una acción y decidir que están mintiendo porque miraron hacia otro lado, tal vez hagan eso todo el tiempo”, comentó.
Y mencionó que es clave buscar señales verbales: “En el trabajo de detección de mentiras, establecemos una línea de base y luego buscamos ciertas señales que se alejan de esa línea de base. Y esas señales tienden a ser verbales. Estás buscando las vacilaciones, un mayor distanciamiento entre el final de la pregunta y el comienzo de la respuesta mientras piensan en la mentira, estás buscando una pérdida de detalle”.
LA NACION