La agenda reformista que propone el Gobierno es bien recibida por el sector corporativo, que se ilusiona con la simplificación laboral y las modificaciones impositivas. De todos modos, los aspectos macro son clave al momento de decidir un desembolso.
Una de las apuestas del gobierno de Javier Milei tiene que ver con aumentar las inversiones en la economía real. Por eso, tanto en la Ley Ómnibus que no se aprobó como en el borrador de la nueva ley que se someterá a la votación en el Congreso se incluyó un régimen de incentivo para grandes inversiones (RIGI) nacionales y extranjeras.
Más allá de un marco de fomento específico como el que propone el Gobierno, la inversión está depende de las condiciones macroeconómicas. Varios representantes empresarios entrevistados por TN coincidieron en resaltar los pasos en la dirección correcta para resolver algunos de los desequilibrios que se arrastraban. Uno de los puntos que subrayaron es la resolución que le dio el Ejecutivo a la deuda comercial acumulada, mediante el bono Bopreal. En la misma línea, señalaron el cronograma de acceso a dólares para importar.
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“Como pasos importantes, podemos destacar que se acomodó la deuda anterior, con el Bopreal, y se definió un nuevo método para pagar las importaciones. Hoy estamos importando con el esquema que se estableció y en base a eso pudimos tener un cronograma de pagos previsible”, sostuvo Raúl Barcesat, CEO de Mercedes-Benz Camiones y Buses, que acaba de terminar un ciclo de inversión de US$110 millones en el país, luego del que pondrá en funcionamiento una nueva planta de producción en Zárate a partir del primer trimestre de 2026.
En esa línea, Pablo Pérez Marexiano, director de Banca Corporativa de ICBC, contó a TN: “Las charlas con las empresas van por dos carriles. Uno tiene que ver con el contexto, lo más operacional, a partir de los cambios que hubo. Por ejemplo, el tema de las importaciones y el pago de deuda comercial con Bopreal, el acceso al mercado de cambios y la dinámica de tasas. Todo eso en un contexto que, en general, es malo porque las compañías están viendo caída en las ventas y en la producción. De todos modos, lo entienden y tenían descontada la recesión, así que están manejando la situación y viendo qué pueden hacer en términos de inversión, una vez que estos temas de coyuntura pasen”.
1. Bajar impuestos
A pesar del contexto desafiante, los números muestran que cada vez más empresas se dan de alta en el sistema financiero formal y empiezan a canalizar sus operaciones por allí. Según el índice Interbanking del segundo semestre de 2023, cerca de 11.000 empresas se bancarizaron en este período, lo que significó un incremento de 3,9% con respecto al mismo momento de 2022.
“En esta misma línea, sigue aumentando la cantidad de cuentas por empresa: se observa un 5,8% más de cuentas bancarias respecto al mismo período del año anterior. En total, hay casi 4,8 millones de cuentas sobre un conjunto de 530.973 empresas, es decir, hay 8 cuentas por empresa”, destacó la compañía.
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Sus ejecutivos explicaron que la multiplicidad de bancos es habitual en el segmento corporativo, dado que cada entidad tiene expertise en algún punto del negocio. La bancarización de las operaciones está relacionada directamente con la formalización de las ventas y, en ese punto, aparecen las retenciones por impuestos (de hecho, el índice muestra un crecimiento de 137% en los pagos de las empresas a la AFIP), que muchas veces van en detrimento del crecimiento de la inversión.
“La enorme presión impositiva y las leyes laborales que desalientan las contrataciones son dos obstáculos que frenan la inversión, pero no son los únicos. Debemos sumar la inflación crónica (que en última instancia es consecuencia de la emisión monetaria para cubrir el déficit fiscal); las regulaciones vetustas; las múltiples trabas al comercio exterior; y el persistente desorden público; por solo mencionar algunos”, apuntó Natalio Mario Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), que celebró la intención del Gobierno de corregir esos desequilibrios. Al mismo tiempo, lamentó que “la dirigencia política en su conjunto no haya sido capaz de lograr acuerdos para implementar estas transformaciones”.
El propio ministro de Economía, Luis Caputo, sostuvo este jueves que, aunque quiere hacerlo, la Argentina no puede arrancar por allí, sino que primero tendrá que bajar el déficit. De todos modos, anticipó que ese proceso se podría dar el año que viene.
Daniel González, director ejecutivo de IDEA, concordó con la visión oficial. “Necesitamos que el Gobierno y las provincias tengan equilibrio fiscal, con lo cual, no se puede hacer una baja de impuestos el día cero. Ahora bien, una vez que se empiece a crecer, creemos que hay que bajar impuestos y simplificarlos. Hemos hecho propuestas para Ingresos Brutos y para el Impuesto a débitos y créditos, que incentiva la informalidad porque se cobra al bancarizar una operación. Estas cuestiones con clave para maximizar la inversión. Tenemos muchos impuestos, algunos que incluso se solapan… Todo eso incentiva la informalidad”, indicó.
2. Bajar la inflación y abrir cepo: dos caras de la estabilidad
Para una empresa, decidir una inversión significa tener en cuenta un conjunto amplio de variables y muchas de ellas van más allá de los gobiernos de turno. En ese sentido, los entrevistados resaltaron la preocupación por la estabilidad macroeconómica.
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Barcesat sostuvo que, si bien en su industria las inversiones son muy de largo plazo, hay condiciones importantes antes de cerrar ese proceso. “Reglas claras, previsibilidad sobre cómo va a funcionar la economía y, también, tener un potencial de mercado”, resumió. Y añadió: “El tema inflacionario es clave porque está sujeto al costo del dinero. En nuestro caso, los camiones y buses se pagan con trabajo y financiación. Para el cliente sería más fácil renovar la unidad con una inflación más baja y una tasa que acompañe”.
A su turno, González afirmó: “Lo primero era estabilizar la macro y el Gobierno está en eso. No es un proceso rápido, pero claramente lo están encarando a full. Eso incluye la salida del cepo que, con una brecha cada vez más chica, pareciera que es una cuestión de pocos meses. La estabilización también trae inflación de un dígito y cayendo. Ese era el primer objetivo y el Gobierno está trabajando en conseguirlo”.
En esa línea, Pérez Marexiano explicó que las empresas siguen esperando por la estabilización macro, la baja de la inflación, el devenir de las tasas de interés y las regulaciones sobre el pago de dividendos y deudas al exterior. “Otro punto, en esa misma línea, es ver si se abre el mercado de capitales del exterior para emitir deuda y financiar proyectos grandes, que el mercado doméstico no tiene capacidad de fondear”, apuntó. Y sumó que el levantamiento del cepo también es un factor importantísimo para los empresarios.
3. Agenda de reformas
Finalmente, los empresarios también apuntan a la agenda reformista como un paso clave para incentivar la inversión en economía real. Para González, es importante que empiecen a concretarse los cambios que el Gobierno intentó impulsar.
“Ya sea lo que reemplace a la Ley Ómnibus o una cantidad de leyes que apunte a hacer reformas laborales, previsionales e impositivas y en otros temas puntuales para sectores. Esa es la gran duda que tienen los inversores en general y las empresas: si el Gobierno tiene la capacidad de pasar por ley estas reformas. En ese sentido, vemos como muy positiva la convocatoria al Pacto de Mayo porque incrementa las chances de que pasen las reformas”, afirmó.
Además de los cambios impositivos, el ejecutivo de IDEA argumentó en favor de una reforma previsional, que ayude en la estabilización de la macroeconomía, y una laboral. Consultado al respecto, mencionó la eliminación de multas o la modernización de los convenios colectivos de trabajo.
“También, facilitar la toma de personal, que tiene que ver con el costo de la salida. Cuando este último es ridículamente alto, el empresario lo piensa muchas veces antes de contratar. Nosotros hicimos varias propuestas y creemos que, sin cambiar la Ley de Contrato de Trabajo, hay espacio para modificar algunas cosas”, puntualizó.
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Finalmente, Grinman se refirió al espíritu reformista de la sociedad. “Una parte muy importante de la ciudadanía tiene la decisión de avanzar en un cambio profundo; esto me hace ser moderadamente optimista respecto a que más pronto que tarde se podrán concretar las reformas que los argentinos nos debemos desde hace tanto tiempo, y que son imprescindibles para lograr ese país próspero con el que muchos soñamos”, cerró el ejecutivo de la CAC.