jueves, 18 septiembre, 2025

La peluca que enloqueció a Menem

El diputado Aldo Leiva se puso este miércoles una peluca antes de expresar el sentido de su voto contra el veto de Javier Milei a la emergencia pediátrica por el Garrahan. «Por los niños y jóvenes de mi patria, para decirle no a las coimas de Karina, mi voto es positivo», llegó a decir mientras Martín Menem le cortaba el micrófono para que no siguiera con su chicana.

Como de costumbre, el legislador peronista no emitió su voto por sistema electrónico para que el riojano tuviera que preguntarle cómo votaba ante el expediente en tratamiento, algo que se resuelve diciendo solamente «afirmativo» o «negativo».

Sin embargo, Leiva suele utilizar ese instante para lanzar consignas que aplauden sus colegas de UP y enfurecen a sus adversarios del oficialismo y sus aliados. A fuerza de repetición, hasta los libertarios ya se lo toman con cierta gracia pero la paliza parlamentaria de esta tarde no los movía a risa y la intervención del opositor les resultaba una provocación.

De hecho, Menem se topó con la imagen del chaqueño con una peluca en la cabeza recién cuando tuvo que buscarlo entre las bancas, una vez que leyó en el sistema que faltaba, entre otros, el voto de Leiva. Aunque tuvo que contener la risa, el presidente de la Cámara Baja lo interrumpió para limitarlo a que pronunciara el sentido de su voto hasta que directamente le cerró el micrófono.

Pero la broma de Leiva no fue la única que atravesó el recinto este miércoles. Cuando los libertarios Gerardo Huesen, Santiago Santurio y Juliana Santillán se sucedieron en arengas infructuosas para cerrar el debate en defensa de los vetos de Milei, los diputados opositores comenzaron a alzar sus manos marcando un 3, en alusión al 3 por ciento de las coimas que cobraría Karina Milei según los audios de Diego Spagnuolo.

Los primeros en responder de esa forma a los discursos encendidos, acaso sin demasiados argumentos, por parte del oficialismo fueron los legisladores de izquierda. La ocurrencia no sólo era una chicana contra quienes tomaban la palabra en representación del oficialismo sino, ante todo, contra el propio Menem, involucrado en la operatoria que investigan el juez Sebastián Casanello y el fiscal Franco Picardi.

Casi toda la bancada peronista se contagió del Frente de Izquierda y, de pronto, buena parte del hemiciclo se pobló de tres dedos alzados en decenas de manos. Menem sólo atinó a pedirle a sus legisladores que respeten el tiempo estipulado para pasar lo más rápido posible a la votación.

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