Julieta Poggio, quien saltó a la fama gracias a su participación en Gran Hermano, sorprendió a todos al revelar los problemas de salud mental que enfrentó al salir del reality. La joven compartió su experiencia en el programa Almorzando con Juana.
Juana Viale le preguntó cómo se sintió al volver al mundo real después de estar aislada por meses. Julieta, visiblemente afectada, respondió: “Me impactó muchísimo, ahí sentí mi primer ataque de pánico, sentía que no podía respirar».
La actriz explicó que la abrumó la cantidad de información que recibió al salir de la casa: “Me dieron el celular en el hotel en donde te aíslan y la información de cinco meses en un solo lugar para poder ver todos los clips, ver todo lo bueno y todo lo feo, fue mucho porque yo era re chica, tenía 21 años”.
Poggio describió su tiempo en la casa como unas «vacaciones», ya que su único trabajo era nominar y maquillarse. En el encierro, vivió en una «inocencia muy linda» que no se vio interrumpida por nada. “Pasaron muchas cosas afuera que, lamentablemente se tuvo que hacer cargo mi familia, defenderme y estar ahí, pero yo no me enteraba de nada y tenía una inocencia muy linda que no se perdió porque no estuvo interrumpida por nadie ahí adentro”, continuó.
En otra parte de la entrevista, Julieta Poggio lanzó una dura crítica a la Iglesia. Cuando le preguntaron qué pregunta que nunca hizo le gustaría saber la respuesta, la ex Gran Hermano contestó: “A mí me llama mucho la atención, por ejemplo, el tema de la pobreza y la desigualdad».
Julieta se preguntó por qué el Vaticano «está lleno de oro y de dinero» mientras la gente reza allí «por los pobres». Su crítica fue contundente: «Cómo hay tanta gente pobre y no se puede repartir todo ese dinero, romper las iglesias y que se termine el hambre mundial», planteó.
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