En un fragmento de la película «El Secreto de sus Ojos», mientras buscaban al asesino de la joven, el personaje de Guillermo Francella le dice al de Ricardo Darín: «El tipo puede cambiar todo, pero hay una cosa que no puede cambiar, no puede cambiar de pasión», esta frase es el fiel reflejo de lo que ocurrió en este caso. Mientras era intensamente buscado por narcotráfico, homicidios y lavado de activos, Carvalho, de 41 años y con el nombre falso de Lucas Rodrigues, hace unos meses, era reconocido como goleador de un torneo amateur de fútbol en Mendoza.
Según informó el periodista Fernando Tocho, el fugitivo se había instalado en un country privado de dicha provincia, desde hace un año y medio, donde mantenía un nivel de vida ostentoso. “Cuando vimos la noticia de su detención, no lo podíamos creer. Era el delantero del Club Nápoles, el goleador del torneo”, dijo una fuente de la investigación.
Se trata del Quilmes Club, una reconocida competencia amateur de fútbol 11 que se disputa en Mendoza desde hace años, y que en su última edición, Fabio Carvalho se consagró goleador con 10 tantos, destacándose por su potencia física y habilidad.
Pero todo cambió, cuando una billetera virtual brasilera lo delató, tras una operación con reconocimiento facial que reveló su presencia en Córdoba, en el barrio El Prado de Valle Escondido. A partir de ese dato, pesquisas argentinos y brasileños comenzaron a reconstruir su recorrido.
Sicario brasileño detenido
La investigación arrojó que Carvalho usaba al menos dos identidades falsas con documentación apócrifa y números de CPF brasileños. Una de ellas a nombre de Gilmar Dos Santos, con fecha de nacimiento del 08/09/1988, y con la que tramitó un DNI falso; y la otra como Pablo Carvalho Da Silva, con fecha de nacimiento del 23/05/1995, nombre que arrastraba antecedentes por narcotráfico y homicidio.
Las autoridades de Brasil lo vinculan a la temida organización criminal «Os Manos», con base en Rio Grande do Sul, dedicada al tráfico de drogas, armas, sicariato y lavado de dinero, con nexos internacionales con grupos como el Primer Comando Capital (PCC).
Carvalho estuvo oculto durante su fuga en Bolivia, Córdoba, Mendoza y Buenos Aires, donde fue finalmente capturado y, en las próximas horas será extraditado a su país de origen, donde lo espera una condena pendiente.