Las lluvias torrenciales que azotaron el centro-sur de Texas durante el fin de semana del 4 de julio de 2025 marcaron uno de los episodios más trágicos en la historia reciente del estado. Con al menos 82 personas fallecidas, decenas de desaparecidos y comunidades enteras devastadas, la emergencia ha movilizado a autoridades locales, estatales y federales en una carrera contrarreloj por rescatar sobrevivientes y contener los daños.
La tragedia de Texas comenzó en la madrugada del viernes, cuando intensas lluvias comenzaron a caer sobre la región conocida como Hill Country, al noroeste de San Antonio. En apenas unas horas, se registraron precipitaciones que superaron el promedio mensual, provocando el desbordamiento de ríos y arroyos, en especial el río Guadalupe.
A las 7:00 a.m., el condado de Kerr, uno de los más afectados, inició evacuaciones masivas tras registrar entre 15 y 17 centímetros de lluvia acumulada. La Oficina del Sheriff advirtió: “El condado entero es una escena extremadamente activa. Se recomienda a los residentes permanecer en sus hogares o buscar terreno elevado”.
A las 10:00 a.m., se confirmaron los primeros fallecimientos. El juez del condado, Rob Kelly, declaró: “La inundación que enfrentamos supera ampliamente la de 1987; es la más alta registrada en nuestra historia”.
Uno de los puntos más críticos fue el Camp Mystic, un campamento cristiano femenino ubicado a orillas del río Guadalupe. Allí, decenas de niñas quedaron atrapadas sin acceso a servicios básicos ni comunicación. Aunque muchas fueron rescatadas, al menos 10 menores y una monitora permanecían desaparecidas al cierre del domingo.
El alcalde de Kerrville, Joe Herring Jr., describió la situación con dramatismo: “Esto ocurrió mientras la gente dormía. Les pido que recen por nuestra comunidad”. Durante todo el sábado, más de 400 efectivos de rescate incluyendo equipos caninos, helicópteros, botes y vehículos todoterreno trabajaron sin descanso en las zonas más afectadas.
Emergencia nacional
Las labores se centraron en Kerr County, donde se confirmó la muerte de 68 personas, incluidos 28 menores de edad. Otros condados también reportaron víctimas: Travis (6), Burnet (3), Kendall (2), Williamson (2) y Tom Green (1), elevando el total a 82 fallecidos. Además, el gobernador Greg Abbott informó que al menos 41 personas seguían desaparecidas.
Ante la magnitud del desastre, el presidente Donald Trump firmó una declaración de emergencia para Texas, lo que activó la intervención de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA). “Nuestros valientes servicios de emergencia tendrán de inmediato los recursos que necesiten”, afirmó el mandatario.
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