sábado, 8 febrero, 2025

Estos son los 6 inventos de tecnología más graciosos de la historia

Estos inventos no perduraron, pero marcaron la historia por su ingenio y creatividad. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El ingenio humano ha impulsado grandes avances tecnológicos, pero cuando se combina con el humor, a menudo da lugar a inventos que son tanto ingeniosos como absurdos. A lo largo de la historia, han surgido creaciones curiosas que desafían la lógica y demuestran que la creatividad no siempre está orientada a resolver problemas prácticos.

En un mundo cada vez más digitalizado, vale la pena mirar hacia atrás y explorar algunas de estas invenciones, tan extravagantes que parecen sacadas de una caricatura o un videojuego.

En 1939, en Montreal, Canadá, surgió un invento destinado a proteger el rostro de las inclemencias del tiempo. Se trataba de una máscara de plástico transparente que cubría toda la cara, diseñada para evitar el impacto directo de la nieve durante las tormentas. La fotografía de este aparato, conservada en los Archivos Nacionales de los Países Bajos, muestra un diseño peculiar que recuerda a los personajes de la tira cómica Spy vs Spy.

Este invento esta diseñado para evitar el impacto directo de la nieve durante las tormentas. (AP Foto/Joshua A. Bickel)

Aunque la intención era práctica, el diseño resultó poco funcional y no tuvo éxito comercial. Hoy en día, su estética podría encajar en el vestuario de una presentación artística, pero como protección contra tormentas, su utilidad quedó en entredicho.

A finales del siglo XIX, la empresa D Merry and Son, en Birmingham, Inglaterra, presentó una máquina que prometía afeitar a doce personas al mismo tiempo. El invento consistía en una serie de cuchillas automatizadas diseñadas para trabajar simultáneamente. Sin embargo, no tenía en cuenta las diferencias faciales entre los usuarios, lo que aumentaba el riesgo de cortes.

La máquina de afeitado en grupo podía usarse en 12 personas en simultaneo. Foto: Daniel Karmann/dpa

El Museo de la Ciencia de Reino Unido conserva una ilustración de este artefacto, que se vendía por siete guineas. En la década de 1960, el comediante Eric Sykes recreó la máquina para una serie televisiva, subrayando lo inverosímil y aterrador que podía resultar su uso.

En la década de 1950, un inventor anónimo presentó un accesorio diseñado para que dos personas compartieran un cigarrillo. La boquilla doble de plástico permitía que dos usuarios fumaran al mismo tiempo a través de una sola pipa.

Aunque podía servir como elemento de conversación en reuniones sociales, el dispositivo carecía de practicidad y parecía más un objeto de broma que una solución real. Su diseño, fotografiado en 1955, es un testimonio del ingenio humorístico de la época.

En 1962, el inventor M. W. Hulton probó un par de zapatos equipados con hélices, diseñados para caminar sobre el agua. La demostración tuvo lugar en el Grand Union Canal de Inglaterra. El aparato funcionaba mediante un mecanismo que requería movimientos coordinados para mantener el equilibrio y avanzar.

Este invento se probó en el Grand Union Canal de Inglaterra. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Aunque el concepto era interesante, el diseño resultaba difícil de controlar y poco eficiente. Este invento refleja la constante búsqueda del ser humano por desafiar las leyes de la naturaleza, aunque con resultados que a menudo terminan siendo más entretenidos que funcionales.

En la década de 1930, un inventor italiano desarrolló un vehículo de gran tamaño, con forma de rueda, que podía alcanzar los 50 kilómetros por hora. El monociclo, de 3 metros de altura y 450 kilogramos, era impulsado por un motor interno.

La conducción requería inclinar el cuerpo para dirigir el movimiento y frenar, lo que lo hacía poco práctico para el uso cotidiano. Aunque el creador del monociclo lo describió como “el vehículo del futuro”, nunca alcanzó la popularidad que imaginó.

Jack Milford, integrante del equipo de hockey británico Wembley Monarchs, creó en 1937 un dispositivo que permitía esquiar con un bebé. Consistía en una especie de cabestrillo conectado al cuerpo del adulto, diseñado para llevar al niño de forma segura mientras se deslizaba sobre el hielo.

Con este invento las parejas cargaban a los bebés en un cabestrillo. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Si bien el invento pretendía facilitar el tiempo en familia, generó dudas sobre la seguridad del bebé en caso de una caída. A pesar de ello, su diseño refleja el ingenio de una época en la que la tecnología no siempre priorizaba la funcionalidad.

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