jueves, 16 enero, 2025

Jirón de la Unión, la calle donde transita el Perú: la historia detrás de un nombre que dejó atrás pintorescas denominaciones

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En el Jirón de la Unión, Lima se convierte en un espejo del Perú entero. Sus cuadras cuentan la historia de cada región que se manifiesta en la capital a cualquier hora del día. Los rostros de sus habitantes y las tradiciones que se muestran sobre las típicas lozas blancas y negras reflejan la diversidad cultural que une al país.

Desde su creación hasta la fecha, el Jirón de la Unión ha sido transitado por personas de distintas clases sociales. Sin embargo, en la primera mitad del siglo XX, esta histórica calle servía como punto de referencia para los sectores acomodados. En aquellos tiempos, era común ver a individuos vestidos con trajes elegantes, paseando por sus 11 cuadras con una solemnidad que reflejaba el prestigio y la sofisticación de la época.

Intelectuales, políticos, escritores y otras insignes personalidades del Perú caminaron por la calle en cuestión sin prisa. Uno de los más recordados es quizás Abraham Valdelomar, a quien se le atribuye la célebre frase: “El Perú es Lima; Lima es el Jirón de la Unión; el Jirón de la Unión es el Palais Concert y el Palais Concert soy yo”.

Jirón de la Unión en la actualidad. Foto: Andina

Algo de razón tenía el célebre escritor, ya que desde la segunda mitad del siglo XX, el Jirón de la Unión albergaba a personas de distintas culturas y tradiciones. De este modo, se puede afirmar que el Perú es Lima, ya que la capital refleja y concentra una parte esencial de la identidad, historia, cultura y vida política del país.

Por ejemplo, al caer la tarde de un día laborable, el ajetreo que recorre la calle es impresionante. Jóvenes con atuendos casuales, secretarias con elegantes trajes sastre, hombres de negocios, obreros, vendedores ambulantes y trabajadores de distintos rubros avanzan en una misma dirección. Muchos caminan sabiendo que pisan un sendero histórico, mientras que otros la desconocen. Es por ello que es pertinente conocer su historia.

La ciudad de Lima fue fundada el 18 de enero de 1535, cuando el conquistador español Francisco Pizarro decidió establecer la capital del Virreinato del Perú en una ubicación estratégica cerca del río Rímac. Conocida como la ‘Ciudad de los Reyes’, esta área se convirtió en el corazón político, administrativo y económico de la dominación española en Sudamérica.

Desde su fundación, la ciudad fue diseñada siguiendo un esquema en damero, típico de las ciudades coloniales españolas. Este patrón urbano consta de calles rectas dispuestas en ángulos rectos, formando una cuadrícula uniforme que evoca la estructura de un tablero de ajedrez o damas, de donde proviene su nombre.

(Composición Infobae: Munilibro / Congreso)

A pesar de que Francisco Pizarro no utilizó específicamente el término ‘damero’ al momento de ordenar el diseño de las cuadras de Lima, tenía en mente un esquema geométrico preciso que debía llevarse a cabo. En el libro “El damero de Pizarro. El trazo y la forja de Lima”, de Reinhard Augustin Burneo, se hace referencia al damero.

“Al ver lo dilatado de las cuadras y las calles que mandó trazar, Pizarro debió sentirse satisfecho de las amplias proporciones que les dio: las 117 manzanas o islas de su damero eran cuadrados regulares, con 450 pies por lado, y separadas por calles de 40 pies de ancho, lo que considerando la medida del pie castellano antiguo equivalen a 125,38 y 11,15 metros respectivamente”, se lee en el libro consultado.

Una de estas calles fue el Jirón de la Unión, un nombre que no le asignó Francisco Pizarro ni ninguna autoridad virreinal. Antes de ser conocido con esta denominación, cada cuadra tenía un nombre particular: desde la primera, que comenzaba casi junto al río Rímac, hasta la última que terminaba poco antes del actual Centro Cívico. A continuación, los rótulos de cada cuadra.

  • La cuadra 1 se llamaba Puente de Piedra, en referencia al puente construido para unir Lima con el antiguo barrio de “bajo el puente” (actual distrito del Rímac).
  • La cuadra 2 se conocía como Palacio, debido al Palacio de Gobierno que se encontraba allí.
  • En la cuadra 3, llamada Portal de Escribanos, estaba el Cabildo, donde funcionaban las oficinas de los escribanos durante el Virreinato del Perú.
  • La cuadra 4 llevaba el nombre de Calle de Mercaderes, por la abundancia de negocios que se establecieron en esa zona.
  • La cuadra 5 se llamó Espaderos, ya que en ella existían establecimientos dedicados a la venta y fabricación de espadas y otras armas blancas desde el siglo XVII.
  • La cuadra 6 fue conocida como La Merced, por la Iglesia de La Merced que se erige en ese espacio.
Grabado del siglo XIX que muestra la Iglesia de La Merced en el Jirón de la Unión y la calle Jesús Nazareno.
  • La cuadra 7 recibía el nombre de Baquíjano. Hasta fines del siglo XVIII, este sendero se había llamado Gurmendi por encontrarse en ella la casa de Bernardo de Gurmendi.
  • La cuadra 8 recibió el nombre de Boza, por la casa de los Marqueses de Boza que allí se encontraba.
  • En la cuadra 9, llamada San Juan de Dios, se encontraba el Hospital e Iglesia de la Orden Juandediana.
  • La cuadra 10 se denominó Belén, inicialmente como Paula Piraldo, y luego, en 1842, los terrenos fueron adquiridos por las monjas del Corazón de Jesús y María para establecer el Colegio de Belén.
  • La cuadra 11, llamada Juan Simón, marcaba el límite final de la ciudad junto a las murallas de Lima, y se nombró así por un antiguo propietario, aunque hay discrepancias sobre su apellido exacto.Los pintorescos nombres tradicionales de las calles de Lima no lograron perdurar debido a decisiones tomadas por las autoridades republicanas. En 1857, don Manuel Atanasio Fuentes presentó ante el Cabildo de Lima un proyecto para cambiar la nomenclatura de las calles. Su propuesta consistía en eliminar los nombres peculiares que identificaban cada cuadra y sustituirlos por un sistema unificado, donde a cada calle o conjunto de cuadras se le asignara un único nombre.

Fuentes justificó su iniciativa señalando que la gran cantidad de calles y callejones en la ciudad hacía prácticamente imposible recordar todas las denominaciones existentes.

Tres años después, Mariano Bolognesi Cervantes presentó una propuesta similar. Sin embargo, su planteamiento difería en que los nombres de las calles debían rendir homenaje a los departamentos y provincias del Perú, lo que aportaría un carácter más representativo y simbólico al nuevo sistema.

Finalmente, en 1862 se aprobó el cambio definitivo en la nomenclatura urbana. Desde entonces, las calles continuas serían denominadas jirones, y sus nombres estarían vinculados a los departamentos y provincias peruanos.

Ahora bien, ¿cómo surgió el nombre Jirón de la Unión? ¿Acaso existía un departamento con esa denominación? En el programa ‘Sucedió en el Perú’, el historiador Juan Luis Orrego Penagos señaló lo siguiente: “El Jirón de la Unión recibió ese nombre no porque existiera un departamento llamado La Unión o una provincia con ese nombre, sino porque era el punto de intersección de todos, la calle que quedó en el centro”, indicó.

De un tiempo a esta parte, esta histórica calle se cruza con jirones como Junín, Ica, Cusco y Puno.

En definitiva, cambiar los nombres de las calles por departamentos y provincias del país permitía que los limeños se acercaran más a la geografía nacional. De esta manera, se fomentaba una mayor conexión con la diversidad cultural y regional del Perú, haciendo que cada recorrido por la ciudad representara una pequeña exploración de su vasto territorio.

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