El médico psiquiatra, Fernando Dortignac, visitó los estudios de CIUDAD TV para dialogar sobre el estrés en torno a los balances personales propios de cierres de año y aseguró que las personas “estamos capacitadas para soportar lo que sería algo normal”.
El estrés de fin de año puede asociarse a cuestiones negativas o positivas y desencadenar consecuencias físicas y psicológicas. Establecer una agenda de prioridades, realizar pausas activas, mantener un buen descanso, no pasarse con las comidas y realizar alguna actividad física son algunas recomendaciones que brindó el profesional.
Explicó que cuando el estrés “sobrepasa” ciertos parámetros, en la psiquiatría ya empieza a hablarse de “distrés“, un término que se utiliza en la ingeniería y que refiere a cuando un material, después de soportar cierta tensión, “no puede volver a su capacidad natural anterior”. “Estamos hablando de cuando, de alguna manera, recibimos diferentes factores y lugares en los que no podemos volver a estar bien. En fin de año es particular el estrés, queremos terminar con todo lo que nos quedó pendiente y es imposible en realidad. Hay que hacer al revés, simplificar y decir ‘hasta acá, ya tengo que relajar’, dejar ir, ver lo que se puede hacer el año que viene y no ahora porque queremos pintar la casa, juntarnos con todos los que no vimos, hacer el curso que no tenemos tiempo y cuando ya estamos cansados de un fin de año”, sostuvo.
Comentó que algo habitual es sobrecargarse y “ponerse mal por pensar en todas las metas que no pudimos finalizar”. “En vez de pensar en metas hay que pensar en intensiones que es un poco más amable. Decir, de alguna manera, quizás no terminé esto pero parte logré, ver lo positivo, ver lo que sí aprendí. Y entenderlo como un proceso de sigue, no como un ciclo que muere sino como un proceso que sigo construyendo y en lo que puedo seguir avanzando”, aconsejó y agregó: “Lo que hice en 2024 es una construcción que ya tengo y en la que puedo seguir avanzando en 2025 ya sea un proyecto, una relación, arreglos en la casa. Verlo como un proceso hace que nos descomprima un poco”.
Qué provoca el estrés
“Muchas cosas” pueden provocar el estrés.
Según el profesional, una perfil con perfil de ansiedad es totalmente propensa porque “está pensando en lo negativo, en lo grave”. Y también ocurre por el trabajo, “muchos trabajos en donde se sobrecarga fin de año”; las vacaciones porque ya estamos estresados por irnos”.
Pero además, situaciones positivas como mudarse de casa, cambiar de trabajo, tener un hijo. “No necesariamente el estrés es lo negativo sino situaciones que aparentemente son positivas, que también pueden generar no volver a tener la capacidad de sobrellevar o compensar. Jubilarse también y termina siendo más estresante que el trabajo. Las relaciones vinculares también, cuando empezamos a pensar en las fiestas que tenemos que juntarnos con tal familiar con el que no me llevo bien o dónde vamos a pasar, de qué vamos a hablar, qué vamos a cocinar”.
Las separaciones son otro detonante. “El inconsciente, en su forma de llevarnos a la finitud de lo que somos, en ciertas fechas hace eso, por ejemplo, en un cumpleaños, te hace acordar lo que no lograste, tu fracaso, lo malo que te pasó. Es como siempre trae lo negativo. Y en fin de año lo hace mucho”.
“No tenemos que quedarnos en eso sino decirnos que tenemos que corrernos un poquito de ahí, ver un poco más lo positivo, ver que estoy en un proceso”, acentuó.
Síntomas y recomendaciones
“El estrés da síntomas físicos y psicológicos”, explicó. En relación a lo psicológico, la persona no podrá descansar bien, le costará dormir, no podrá parar. Y en cuánto a lo físico, dolores estomacales, contracturas, dolor de espalda. Pero también presión alta, problemas en la piel, caída del pelo.
“Uno tiene que aprender a auto percibirse, ser consciente. Decirse ‘esto no debo hacer’, ‘esto haré después’. A veces hay que aprender a decir más que no a que sí en esta época. Si no priorizo el descansar que necesito, que es uno de los consejos que se da, podés pasar estrés”.
“Hay que aprender a priorizar y lo que no es tan urgente poner en otra lista, ver cómo se hace después”, recomendó.
Consecuencias y recomendaciones
Dependiendo del grado de estrés, habrá consecuencias. “Puede aumentar el cortisol, la presión, el azúcar en sangre. Con el tiempo, si se mantiene, trae consecuencias físicas. Y psicológicas, podés tener momentos de depresión porque no podés con todo y te sentís frustrado; síntomas de pánico, de ansiedad. Son las cuestiones más frecuentes”.
La agenda de prioridades es una de las principales recomendaciones “y poner un puntaje del uno al cinco, qué es lo más importante y que no, qué es lo urgente y qué no”.
“Otra de las cosas son las pausas activas: saber parar, tomarse cinco minutos y pegar una vuelta a la manzana, mirar los árboles porque conectar con la naturaleza es bueno, te recicla la mente. Descansar bien, no pasarse con las comidas”, aconsejó.
También “bajar la densidad de la gravedad que ponemos a las cosas. Si tenemos un conflicto con alguien debemos relajar, dar tiempo al proceso, saber que en algún momento vamos as solucionarlo”.
“Hay que tener una expectativa, una visión un poquito más optimista, pero realista en la resolución de problemas porque uno encuentra soluciones en vez de enroscarse en el lado negativo donde pero va a ser”, aseguró.
“Es sumamente importante la actividad física o recreativa. Ayuda a compensar toda nuestra energía mental, bajar nuestro estrés, elevar las endorfinas. Entonces, lo que a uno le guste y pueda hacer no debe dejar de hacerlo”, sostuvo.