“Es el jefe de Hezbollah en América latina”. Así, definió la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, al fantasma que seguían los servicios de inteligencia de la región. Y le puso nombre: Hussein Ahmad Karaki, vinculado directamente con el atentado a la embajada de Israel en Buenos Aires, ocurrido en 1992, y que aún está activo, como lo marca su responsabilidad en al menos tres intentos de ataques en Perú, Bolivia y Brasil en los últimos años.

Según la funcionaria nacional, Karaki fue directamente responsable de la compra del vehículo utilizado como bomba para el atentado a la embajada de Israel en Buenos Aires. En el expediente figura bajo los nombres falsos de Alberto Leon Nain y Elías Ribeiro Da Luz. Ahora las autoridades de la Argentina, Brasil y Paraguay colocan el nombre de Karaki como la verdadera identidad detrás de esos alias.
El Mossad había informado sobre ese nombre hace dos años, incluso salió una vieja fotografía de Karaki en una nota de Infobae en el que se menciona ese documento de la inteligencia israelí sobre esos ataques, pero en este caso la ministra Bullrich no solo puso por primera vez esa identidad en un documento oficial del gobierno argentino, sino que amplió el rol de Karaki para exponerlo como una figura activa y decisiva de Hezbollah en nuestra región, con responsabilidad directa en la planificación de atentados en América latina que fueron evitados por medidas de contraterrorismo desde noviembre del año pasado.
Bullrich aseguró que frente a la convicción de que se trata del actual jefe de operaciones de Hezbollah en América latina, se pedirá que se suba la circular roja de Interpol (notificación dirigida a las fuerzas del orden de todo el mundo para localizar y detener provisionalmente a una persona en espera de su extradición o entrega) sobre Karaki, que se encuentra en El Líbano, según la información de inteligencia.
“Karaki actuaba bajo órdenes directas de Hassan Nasralah, sin intermediarios”, afirmó la ministra Bullrich al referirse al nexo entre el jefe operativo del Hezbollah en América latina y el jefe máximo de esa organización terrorista que fue abatido recientemente por Israel.
“Es un golpe muy fuerte mostrar su cara y decir dónde está”, agregó la ministra. Bullrich sostuvo que Karaki se movía en la región con documentos aportados por el gobierno venezolano de Nicolás Maduro.
Y eso es una de las novedades más fuertes entre la información que propocionó la ministra de Seguridad. Los vínculos de Venezuela con Irán son conocidos, ya que fueron forjados durante la presidencia de Hugo Chávez y tuvieron ramificaciones que llegaron hasta la Argentina. En 2006 el chavismo tuvo que cambiar a su embajador en Buenos Aires luego de que LA NACION revelase que Roger Capella actuaba como nexo entre la sede diplomática iraní y los grupos piqueteros más radicalizados, a espaldas incluso de Néstor Kirchner. Con Cristina Kirchner todo cambió y Caracas se movió más cómoda en Buenos Aires junto con sus socios de Irán. Venezuela entregó documentación para que Karaki se mueva en la región bajo el nombre de David Assi.
De esa manera, el gobierno argentino busca exponer que Caracas aporta soporte logístico al jefe operativo del Hezbollah en América latina.
Bullrich dio detalles sobre el sindicado terrorista en una conferencia donde estuvo acompañada por el titular de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), Sergio Neiffert.
“La SIDE está trabajando con los servicios de inteligencia internacionales y con el Ministerio de Seguridad para alcanzar el éxito de esta investigación”, sostuvo Neiffert.
El ataque terrorista contra la embajada de Israel ocurrió el 17 de marzo de 1992. La bomba estalló a las 14.50 y la sede diplomática, situada en Arroyo 910, en Retiro. Murieron 29 personas y más de 200 resultaron heridas.
Más allá de su participación en el atentado en la embajada de Israel y su posible actividad dentro del grupo criminal que provocó el estallido en la AMIA, la identidad del actual jefe operativo de Hezbollah en America latina empezó a quedar al descubierto por la investigación de las autoridades argentinas y brasileñas en noviembre del año pasado, en una compleja trama de inteligencia que se conoce como Operación Trapiche. En ese momento fueron arrestados varios miembros de esa organización terrorista en el vecino país y se logró individualizar vínculos de esa red en la Argentina, pesquisa que está todavía activa en nuestro territorio.
Los funcionarios nacionales aclararon, no obstante, que se trata aquí de personas con pensamiento radicalizado, pero que no llegaron a convertirse en una célula operativa.
“A través de esa investigación internacional se logró identificar al cerebro detrás de la operación, que buscaba consumar actos terroristas no solo en nuestra región, sino también en Europa, valiéndose de integrantes de grupos del crimen organizado. Esa persona fue identificada como Hussein Ahmad Karaki”, dijo la ministra Bullrich.
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