Fórmula 1: Max Verstappen ganó la carrera sprint del Gran Premio de China y hubo rispideces en la lucha Alonso-Sainz-Pérez-Leclerc

A esta altura, más que interesarse por quién ganó una competencia de Fórmula 1 cabe preguntarse si sucedió algo interesante en el desarrollo. La carrera sprint del Gran Premio de China puede haber sonado a más de lo mismo, pero detrás del triunfo de Max Verstappen y de Red Bull Racing hubo acción atractiva. Incluso, en el inicio hasta quedó en duda si se impondría el favorito y monopolizador de las últimas tres temporadas.

En las competencias sprint, que duran un tercio de lo que las carreras principales, casi no hay estrategia. No existen los cambios de gomas y hay mucho menos tiempo para desarrollar una táctica, por lo cual el espectáculo es intenso desde la largada y no decae. El inglés Lando Norris, de McLaren, tenía una buena chance de conseguir su primera victoria en Fórmula 1, aunque fuera en una sprint, con la pole position que había obtenido el viernes. Pero su compatriota Lewis Hamilton partió mejor y se puso delante en la curva 1, que recorría a la par con Norris. El siete veces campeón tuvo una ayuda en el pequeño descontrol que dos veces padeció en su Mercedes. Más que padecerlo, en realidad, se benefició de él: al hacer dos correcciones con el volante, empujó afuera a Norris, que al salirse brevemente de la pista terminó perdiendo seis posiciones, cayendo hasta la séptima.

La competencia se estabilizó con Hamilton al frente, el español Fernando Alonso como escolta con Aston Martin y Verstappen en el tercer puesto, aunque sufriente por una batería que no respondía como debía en los primeros dos giros. El tricampeón aparecía vulnerable como pocas veces. Era un espejismo breve, claro.

Compacto de la carrera sprint del Gran Premio de China

Solucionado el fugaz inconveniente de batería, el neerlandés se aproximó a Alonso y la recta de 1,2 kilómetros y el DRS le facilitaron el sobrepaso a un motor Honda que de por sí no necesita mucha ayuda. El siguiente objetivo era Hamilton, que, menos de dos segundos más adelante, disfrutaba una vanguardia inusual para él en los últimos años. Le duraría ocho vueltas. En la novena Verstappen lo dejó atrás y a partir de entonces le hizo 1,3 segundos de diferencia por giro. Otro mundo.

Entonces lo más sabroso se dio en la puja por el tercer lugar. Sin el beneficio del DRS, Alonso perdía algo de ventaja en cada vuelta, el también español Carlos Sainz se dilataba como amenaza con su Ferrari vencedor en Australia, Sergio Pérez no perdía pisada con el otro Red Bull, el mexicano estaba equidistante de Charles Leclerc y el segundo auto rojo no se escapaba de Norris. Era un tren de coches como imantados, que mantenían los tiempos entre sí.

Hasta que el Aston Martin de Alonso, o el propio Alonso, ya no pudo seguir el ritmo para contener a Sainz. El madrileño intentó sobrepasar a su compatriota en la vuelta 16, el bicampeón se defendió, hubo escarceos por un par de curvas y salieron perdiendo ambos: al triunfador en Melbourne le costó el puesto a manos de Pérez, y al asturiano, una pinchadura. Habitualmente experto en defensas, esta vez Alonso exageró la puja, metió el coche donde no debía y además de ceder posiciones terminó en boxes, con un pedido de que retirara el coche. Fue el único desertor de la sprint.

Hubo más. Con Pérez levemente escapado, se dio un rueda a rueda entre los compañeros de Ferrari. Leclerc intentó superar a Sainz en más de un sector, y las máquinas iguales llegaron a tocarse en dos gomas traseras en la horquilla posterior a la recta larguísima. El monegasco debió ceder un par de veces para evitar que los coches hermanos quedaran eliminados mutuamente. “¿Pero qué c…?”, preguntó Leclerc por radio. Finalmente, el número 16 logró pasar al 55, que perdía rendimiento, y conseguir la cuarta ubicación. “Hablemos. Estamos peleando más… Está peleando más contra mí que contra los otros, pero bueno”, comentó Charles a su box, aludiendo a Sainz, y la televisión hizo audible ante el mundo la queja contra su vecino de box.

Fue el primer incidente entre los pilotos del Cavallino Rampante en la temporada, la última de Sainz en la Scuderia, porque en 2025 el español será sustituido por Hamilton. En cuanto al británico, el segundo puesto final, que no obtenía desde octubre en México –aunque aquella vez, en una carrera principal–, causó alegría. El heptacampeón reunía apenas 10 puntos en cuatro fechas y en China ya cosechó 7, a falta del plato central, que tendrá lugar este domingo a las 4 de Buenos Aires, con transmisión de Fox Sports y Star+.

A la madrugada argentina del sábado le queda más actividad: la prueba de clasificación para la carrera principal de Shanghái, que tendrá lugar a las 4, con las mismas vías de televisación.

LA NACION

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