sábado, 23 noviembre, 2024

Fiebre aftosa: se vacunaron más de 29 millones de bovinos en 2023

El Senasa reportó que se inmunizaron casi 29,5 millones de ejemplares durante el año pasado. Los laboratorios veterinarios argentinos destacaron que el plan público-privado es un “ejemplo mundial”.

El Gobierno informó que se vacunaron un total de 29.456.953 bovinos y bubalinos durante la segunda campaña de 2023. (Foto: Senasa)

El Gobierno informó que se vacunaron un total de 29.456.953 bovinos y bubalinos durante la segunda campaña de 2023. (Foto: Senasa)

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) informó que, en el marco de la segunda campaña anual de vacunación contra la fiebre aftosa, que se llevó a cabo durante el año pasado, se vacunaron un total de 29.456.953 bovinos y bubalinos.

Al respecto, el organismo resaltó que la vacunación es “una de las principales estrategias para mantener una situación epidemiológica estable en Argentina”.

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Tal lo previsto en el cronograma y como es habitual en la segunda campaña del año, el Senasa ejecutó la estrategia de vacunación de las categorías bovinas y bubalinas denominadas menores. Es decir, todas las categorías menos vacas, toros y bueyes.

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Según los datos oficiales, Buenos Aires fue la provincia donde más ejemplares se inmunizaron, con un total de más de 11,8 millones, seguida por Santa Fe (3,6 millones), Córdoba (2,8 millones), Entre Ríos (2,6 millones) y Corrientes, con casi 2,4 millones.

Dentro del “Plan Nacional de Erradicación de la Fiebre Aftosa”, se ejecuta una campaña anual de todas las categorías etarias, por edad, y otra en la que se exceptúan las vacas, toros y bueyes. Es decir, que los menores son vacunados dos veces al año, mientras que los mayores sólo un vez.

La iniciativa mantiene, como su estrategia principal, la vacunación obligatoria de todos los bovinos y bubalinos en dos zonas, el Centro-Norte y el Cordón Fronterizo, que la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) reconoce como “libre de fiebre aftosa con vacunación”.

Según informó el organismo sanitario, la campaña del 2024 se inició el último 11 de marzo en la zona central y litoral del país y, tal como viene sucediendo, se lleva a cabo a través de más de 300 entes sanitarios locales, que están conformados por asociaciones de ganaderos, veterinarios privados y otras entidades.

Fiebre aftosa: se vacunaron más de 29 millones de bovinos en 2023

El Senasa remarcó que la inoculación contra esta enfermedad “es una de las principales estrategias de prevención que permite mantener una situación epidemiológica estable con respecto a la enfermedad en la República Argentina”.

“Es un ejemplo mundial”, destacaron los laboratorios veterinarios argentinos

Los laboratorios veterinarios argentinos productores de vacunas anti aftosa aclarararon que en la Argentina existen 3 laboratorios que comercializan la vacuna contra la fiebre aftosa, mientras que en el resto del mundo no más de 30.

Indicaron que “en nuestro país existe un plan nacional de vacunación donde se vacuna dos veces al año a la totalidad del rodeo bovino, pero con una particularidad única en la región y que es un ejemplo a nivel mundial. La vacunación se ejecuta bajo un sistema de fundaciones de productores, entes sanitarios y en menor medida veterinarias; que compran la vacuna a los laboratorios y realizan la aplicación, asegurando en un tiempo acotado una cobertura vacunal muy eficaz, algo que en sanidad es muy importante”.

Este sistema es el que le permitió a la Argentina en el año 2003 recuperar en tiempo récord las exportaciones de carne vacuna perdidas como consecuencia de un brote muy grande de fiebre aftosa que se originó en el año 2000/01.

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La vacuna que hoy se está aplicando en la primera campaña de 2024 “fue vendida por los laboratorios mayormente entre noviembre y enero a $550 aproximadamente, con un dólar que para la cobranza (promedio 40 días de plazo) estuvo alrededor de los 850 pesos (USD 0.65); un número que está muy lejos de lo que se menciona en medios y que de ninguna manera es 5 veces más que otros países de la región”.

Explicaron que “lógicamente para asegurar la reposición en un contexto de alta inflación, los entes sanitarios y fundaciones facturan la vacuna con el precio de reposición que los laboratorios anuncian previo al inicio de la campaña. No olvidemos que ellos dan plazos de pago de entre 30 y 60 días a los productores y no pueden hacer especulaciones financieras con el dinero por ser entidades sin fines de lucro. Pero de ninguna manera es ese el valor que los laboratorios recibimos por la vacuna que se está aplicando en ese momento”.

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Destacaron también, que “históricamente los laboratorios hicieron los ajustes de precio de la vacuna dos veces al año, y nunca durante el desarrollo de una campaña de vacunación para no generar una distorsión de precios, salvo 2003 que por la alta inflación se debió hacer un ajuste adicional, pero que no fue durante la campaña”.

Así, pusieron en consideración que “el precio que está vigente hoy se mantendrá hasta el 1° de julio de 2024, independientemente de la inflación que ocurra y de las variaciones del tipo de cambio que haya, aun cuando las vacunas tienen componentes importados. Esto es algo único también porque el resto de los productos veterinarios se han ajustado entre 5 y 8 veces durante 2023″.

Sugieron que “estos análisis se tienen que hacer con cierta historia para ver la evolución de precios vs la inflación, si tomamos la inflación acumulada de Ene-19 a Jun-24 (Real a Feb- 24 y REM de Mar a Jun) es de 3.892% cuando el incremento de la vacuna antiaftosa en el mismo periodo (ya que el precio no se va a modificar hasta el 1 de Julio) es de 3.663%. Es decir, una diferencia de 229 puntos porcentuales a favor de la vacuna la cual de factura y cobra en pesos, cualquier conversión a dólar solo presta a confusión y más aún en estos momentos de nuestra economía”.

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Por último, aclararon que “el ingreso de nuevos proveedores de vacuna anti aftosa, tanto locales como extranjeros es algo que está contemplado en la ley vigente 24.305 (programa de lucha contra la fiebre aftosa).

Todo esto que es muy técnico -y que además es impactado como en cualquier otro rubro por los vaivenes de la economía argentina- “puede hacer creer que el precio que el productor paga es el que recibe el laboratorio en ese momento, o que la vacuna ha aumentado más que la inflación o que el resto de los insumos según el período que se analice, cuando eso no es cierto y se puede contrastar con datos duros como los que le acabo de mencionar”.

Concluyeron que “el estatus sanitario de Argentina es el que le permite hoy proyectar las exportaciones de carnes a los mercados de alto valor y tanto SENASA como la industria y los entes sanitarios han desarrollado y desarrollan un rol clave para mantener ese estatus”.

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