El equipo de GEA de la Bolsa de Comercio de Rosario analizó los efectos de estas precipitaciones sobre los cultivos clave. Advirtieron sobre el desafío que representan los anegamientos para el desarrollo de la agricultura.
Las recientes lluvias que impactaron la región núcleo del país pusieron en alerta a los agricultores. Con localidades como Bigand y Santa Teresa, en Santa Fe, registrando un volumen de precipitaciones que supera los 300 milímetros en lo que va del mes de marzo, la producción agrícola se enfrenta a un escenario complicado.
En tanto, el equipo de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) estuvo vigilando de cerca esta situación, buscando comprender los efectos directos de estas lluvias sobre los principales cultivos.
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En este sentido, observaron que aún es demasiado pronto para cuantificar el daño causado. Sin embargo, es innegable que los anegamientos resultantes representan un obstáculo adicional para la agricultura de la región, señalaron.
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Asimismo, la soja, uno de los cultivos más importantes de la zona, se encuentra particularmente afectada por estos excesos hídricos.
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En este contexto, los lotes de soja, encharcados por la acumulación de agua, corren el riesgo de sufrir daños significativos en su desarrollo. Esta situación plantea interrogantes sobre el futuro de la cosecha y las posibles pérdidas que los agricultores podrían enfrentar, explicaron en el informe.
El retraso en la recolección del maíz está afectando la calidad de los granos
Por otro lado, la prolongada humedad y la inestabilidad climática están generando un atraso significativo en la cosecha de maíz en la región núcleo. Este contratiempo no solo afecta el calendario de recolección, sino que también plantea preocupaciones sobre la calidad de los granos. La alta humedad dificulta la disminución de la misma en los granos, lo que podría comprometer su calidad y la eficiencia de la recolección, afirmaron desde GEA.
En el caso de la soja de primera, cuyos granos están en la fase final de su ciclo, el beneficio de las precipitaciones recientes es limitado, salvo excepciones de lotes ligeramente retrasados en su desarrollo. Sin embargo, existe una esperanza para la soja de segunda y los maíces tardíos, cuyo llenado de granos podría verse favorecido por las lluvias, siempre y cuando no se vean afectados por el exceso de humedad. Este detalle es crucial para mantener la esperanza de recuperar parte del potencial productivo en estos cultivos, remarcaron.
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Además, hubo nuevas lluvias en la tarde y la noche de este miércoles en la región, seguidas de un descenso en la temperatura y habrá al menos cinco días de clima mejorado, con sol y sin precipitaciones. Este breve período sin lluvias será clave para evaluar la posibilidad de avanzar con la cosecha de maíz. Sin embargo, será fundamental determinar si los lotes están en condiciones óptimas para ser trabajados, lo que marcará el ritmo y la eficiencia de la recolección en los próximos días, indicaron.
Finalmente, ante este escenario, señalaron que “la evaluación constante de las condiciones del suelo, el clima y el estado de los cultivos, será fundamental para adaptar las estrategias de manejo y cosecha en función de las condiciones cambiantes del entorno”.