El Centro de Reintroducción del Yaguareté en el Parque Nacional El Impenetrable en Chaco informó que liberó a Keraná, la primera hembra de yaguareté en pisar el suelo chaqueño en 35 años. Este proyecto fue llevado adelante por la Fundación Rewilding Argentina, la Provincia del Chaco y la Administración de Parques Nacionales, y es un «hito decisivo» para recuperar al principal depredador de Sudamérica.
Los yaguaretés tuvieron una presencia abundante hasta finales del siglo XIX. “Hemos visto no menos de veintisiete tigres en tres días» escribió el explorador Arthur Dobsonen en 1899 durante una recorrida por un sector del río Bermejo, donde hoy está el Parque Nacional El Impenetrable.
Actualmente, quedan menos de diez yaguaretés confirmados en el millón de kilómetros cuadrados de extensión del Gran Chaco argentino, y todos son machos. Por eso, desde la Fundación Rewilding Argentina sostuvieron que la reintroducción de hembras promete ser crucial para recuperar al principal depredador de Sudamérica en este bosque seco que abarca Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia, el segundo ecosistema más importante en términos ecológicos en la región, detrás del Amazonas.
En un comunicado, la Fundación Rewilding Argentina dijo: “Su liberación marca un hito decisivo en este proyecto que, además de devolver al ecosistema una especie clave para su salud y funcionalidad, está generando nuevos ingresos para las comunidades locales a partir del posicionamiento de la región del Parque Nacional El Impenetrable como un santuario de vida salvaje y un reconocido destino de turismo de naturaleza”. Esta ONG trabaja hace catorce años para revertir la crisis de extinción de especies, proteger y restaurar los ecosistemas naturales y desarrollar corredores biológicos en América Latina.
“Keraná es una hembra huérfana que fue rescatada en el Chaco paraguayo por el Establecimiento Faro Moro y el Ministerio de Ambiente de ese país, donde por suerte todavía hay poblaciones saludables de yaguaretés, pero que se suelen ser perseguidos por cazadores o estancieros, ya sea por deporte, represalia por haber atacado a su ganado o como medida preventiva”, contó Gerardo Cerón a Página/12, biólogo de Rewilding Argentina que trabaja en el proyecto hace siete años. “Siendo todavía una cachorra pero ya más crecida, fue donada al proyecto de reintroducción de yaguaretés de Argentina que lleva adelante Rewilding en Iberá y en Impenetrable”.
La historia de Keraná
Cerón explicó que Keraná perdió a su madre a través de la cacería, pero ella sobrevivió porque a los mismos cazadores que la mataron, “por algún motivo medio extraño, les dio lástima matar a los cachorros y se los llevaron a sus casas”. “A través de una red de contactos en la zona, alguien dio aviso y las autoridades la fueron a buscar y la llevaron a Faro Moro, una estancia donde en un sector se cría ganado y en el otro armaron un espacio recuperado y libre para que la naturaleza pueda explayarse. Allí tienen una zona de recintos grandes donde alimentaron a la cachorra yaguareté con alimento muerto en un principio y luego con presas más grandes para que empezara a cazar. Se imitó el proceso de alimentación en el cual la madre les va enseñando a cazar y se la crió aislada de las personas para que no asociara al hombre con alimentación”, detalló el biólogo.
“Hace unos meses se la trasladó a Iberá, donde se continuó con el mismo sistema de alimentación y un sistema de biovigilancia, y luego la trajimos al Impenetrable –aclaró Cerón-, donde estuvo en un proceso de anclaje en unos recintos para que se pueda ubicar en la zona y que una vez liberada, no se disperse en grandes distancias, sino que tome como propio el lugar”.
El biólogo describió que para la captura y el traslado se le colocó una presa muerta para que ella se acercara y desde fuera del recinto, a una distancia segura, se le disparó un dardo anestésico con un rifle. Una vez que hizo efecto la droga, la colocaron en una caja de transporte, especialmente construida para que sea liviana, fresca y resistente, para que la yaguareté no la pueda romper. Y se la trasladó en camioneta.
“Ahora que se abrieron las puertas del recinto, le colocamos un collar satelital para poder seguirla paso a paso una vez que esté afuera y ver cómo le está yendo, y que no se disperse demasiado o se acerque a zonas pobladas. Una vez que vemos que frecuenta una zona, allí también ponemos cámaras trampa para ver si está en buena condición de salud, si está cazando o si tiene alguna herida por la que sea necesario recapturarla para curarla”, contó.
“De todas formas, creemos que todo esto no va a hacer falta, porque a cada yaguareté liberado en Iberá le ha ido estupendamente bien y creemos que en el Impenetrable va a ser igual”, completó Cerón.
La aparición del primer yaguareté silvestre
En 2019, el hallazgo de una huella de yaguareté en el Parque Nacional El Impenetrable inició un ambicioso proyecto de recuperación de la especie. Luego de confirmar por primera vez en cámara la aparición de un yaguareté en libertad en el Chaco argentino –lo llamaron Qaramta– “se realizaron acciones de manejo activo, incluyendo la incorporación de hembras de cautiverio para atraerlo y mantenerlo dentro del área protegida”, explicó Rewilding Argentina en el comunicado.
El equipo de la fundación junto al Proyecto Yaguareté lograron capturar a Qaramta y colocarle un collar satelital que permitió su monitoreo. El siguiente paso fue la construcción de grandes corrales dentro del Parque Nacional, donde se logró cruzar a Qaramta con la hembra de cautiverio Tania, algo que nunca se había hecho en el mundo con un gran felino. Esto decantó en el nacimiento de Nalá y Takajay, una hembra y un macho respectivamente.
Al mismo tiempo, se comenzaron a traer felinos silvestres de otras regiones del Chaco paraguayo, como Keraná. Ahora, la siguiente yaguareté en ser liberada será Nalá, la hija de Qaramta y Tania, nacida en los corrales del Centro.
Desde la Fundación sostuvieron que estas liberaciones forman parte de una visión más grande, en donde la fauna nativa que regresa como el yaguareté, la nutria gigante y la tortuga yabotí, se convierte en el principal atractivo que atrae a visitantes a El Impenetrable, movilizando una economía local cuyos principales beneficiarios son las comunidades vecinas del parque.
Informe: Lucía Bernstein Alfonsín