El fenómeno, que es similar al que se registró en las primeras semanas de la guerra en Europa del Este cuando tropas rusas invadieron Ucrania, no es nuevo en la historia de los conflictos armados. En todo caso, la novedad está dada por la velocidad y el alcance que logran esos mensajes gracias a las redes sociales y otras plataformas digitales.
Cuentas de Facebook que difunden información tergiversada sobre lo que ocurre en la Franja de Gaza, usuarios de la red social X (ex Twitter) que publican fotos y videos antiguos que son presentados como actuales y que reflejan supuestas acciones de las fuerzas de uno u otro lado que intervienen en el conflicto, son algunos de los contenidos que se volvieron virales en las últimas horas.
En la guerra en Ucrania uno de los engaños que tuvo más repercusión fue el video en el que se veía al presidente de ese país, Volodimir Zelenski, pidiendo a sus compatriotas que depongan las armas y se rindan. Según el sitio web UkraineFacts.org, el video salió al aire en aquel momento en el canal de televisión ucraniano Ucrania 24 sin saber que era falso, y luego se compartió en las redes sociales. Los especialistas en verificación que descubrieron la maniobra explicaron que, si se observaba con más cuidado el video varias veces, se podía comprobar que el rostro de Zelenski se movía de forma extraña y su voz no era la misma. En conclusión, se trató de un video manipulado con un software de inteligencia artificial que permite editar el rostro de una persona en otro cuerpo y poner palabras en la boca de esa persona algo que, en realidad, nunca dijo.
Cuando el 7 de octubre pasado, el violento y sorpresivo ataque de la organización Hamas desencadenó una contraofensiva de Israel, casi en forma inmediata comenzaron a circular en redes sociales desinformaciones sobre el conflicto.
En ese sentido, el sitio argentino Chequeado.com explicó que videos que fueron grabados hace más de un año y sacados de contexto, así como sucesos que no ocurrieron son algunos de los tipos de desinformaciones que circulan actualmente sobre el conflicto en Medio Oriente. Por ejemplo, en la red social X circula un video que señala que el portavoz de las Brigadas Izzeddin Al-Qassam (el brazo armado de Hamas), Abu Ubaida, habría dicho recientemente: «Agradecemos a la República Islámica de Irán que nos proporcionó armas, dinero y otros equipos». Sin embargo, advierte Chequeado.com se trata de una desinformación, ya que el video no es actual, sino que es de 2014. Otro de los videos falsos que circuló es uno en el que se afirma que Israel bombardeó la iglesia ortodoxa de San Porfirio, en Gaza. Las autoridades religiosas encargadas de ese templo desmintieron esa información, confirmando que la iglesia permanece intacta.
En otras de las imágenes falsas que fueron publicadas en los últimos días en la red social X se puede observar a un supuesto militante del grupo Hamas disparando contra un helicóptero israelí. Sin embargo, se descubrió que la imagen pertenece a un popular videojuego. También se afirmó que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, había sido llevado al hospital, pero rápidamente desde Tel Aviv se desmintió esa versión.
En Italia, el domingo pasado, el senador Lucio Malan publicó un video en su cuenta de Twitter (ahora X) en el que aparecían niños enjaulados, que supuestamente habían sido secuestrados por el grupo Hamas. Sin embargo, distintas organizaciones que se dedican a la verificación de la información corroboraron que se trata de una grabación subida a Internet antes de la ofensiva de Hamas. Además, se comprobó que la persona que grabó el video habla el dialecto «khaleeji» de la zona del Golfo Pérsico y su acento no es palestino.
Como se dijo, el fenómeno de las informaciones engañosas no es nuevo. Lo que ocurre es que ha adquirido una mayor complejidad por la gran velocidad de transmisión de los mensajes y el amplio alcance que logran gracias a las nuevas tecnologías. En definitiva, son mentiras que, en algunos casos, se esconden detrás de sofisticadas maniobras y, en otras oportunidades, no son más que simples embustes disfrazados burdamente.