Los Pumas vs Inglaterra: un periodista británico palpita el debut en el Mundial «con el corazón partido»

Como presidente no oficial, y único miembro, de la rama londinense del «Club de Fans del Buenos Aires Hurling Rugby Club» (explicaré más sobre esto en un momento), tengo sentimientos encontrados sobre el gran partido de rugby entre Inglaterra, mi país, y Los Pumas por el campeonato mundial que comienza en Francia.

Soy fan de casi todo lo argentino. Dos años trabajando con el equipo editorial de Clarín me permitieron apreciar profundamente su gran país. Volví a Londres sabiendo cómo cocinar un buen bife, elegir un Malbec decente, agradecer con entusiasmo a un barman (¡Gracias, Fiera!) por la excelente botella de Quilmes Stout que acababa de servir, y también aprendí algunas frases sabias. Por ejemplo: «¿Papá mono con bananas verdes? ¡No querido… no, no!»

Pero también soy un fan del rugby inglés, por difícil que sea en estos difíciles primeros días de la era de Steve Borthwick. En el caso de que nuestra terrible racha de resultados adversos continúe en Marsella, al menos me consolará saber que mis amigos de Buenos Aires estarán contentos.

Puede que a algunos los sorprenda saber que en el Reino Unido hay un gran cariño por Argentina, especialmente en Londres, donde el celeste y blanco de la camiseta de la selección de Messi está de moda.

Argentina e Inglaterra, una rivalidad llena de historia. Foto: REUTERS/Marcos Brindicci.Argentina e Inglaterra, una rivalidad llena de historia. Foto: REUTERS/Marcos Brindicci.Que nos envíen sus mejores cortes de carne para la multitud de restaurantes argentinos también es muy apreciado, aunque nunca he visto a nadie aquí cortar la carne con una cuchara como lo hacen en esa gran parrilla porteña que es «La Brigada».

Siempre me ha parecido un cariño que va en ambas direcciones. Recuerdo haber oído hablar de un graffiti pintado con aerosol en una pared fuera del aeropuerto de Ezeiza que decía (en inglés): «¡English Go Home! And Take Us With You!». Es un respeto y una admiración mutuos que hacen aún más lamentable la evidente catástrofe de la historia reciente entre nuestras dos naciones.

Afortunadamente, durante mi estadía en Argentina nunca me hicieron sentir menos que bienvenido y allí hice grandes y duraderas amistades. Lo que me lleva al Hurling Rugby Club de Hurlingham, BA.

Allí me llevó una tarde mi amigo y ex delantero de Hurling, el ex director comercial de Clarín, Tomás Salvagni. La primera pasión de Tommy era su familia, pero me dio la impresión de que el Hurling le seguía de cerca.

Respeto. Las leyendas Jonny Wilkinson, Richard Hill, Mark Regan y Kyran Bracken, campeones del mundo con Inglaterra en 2003. Foto: AFP.Respeto. Las leyendas Jonny Wilkinson, Richard Hill, Mark Regan y Kyran Bracken, campeones del mundo con Inglaterra en 2003. Foto: AFP.Aquel sábado almorcé con él y sus chicos en la sede del club, que podría haber sido arrancada de los campos de Irlanda y poblada por una multitud de italianos de gran corazón que casualmente hablaban español. Vimos el partido, nos tomamos unas cervezas, comimos unos choripanes. Fue estupendo.

En el camino de vuelta al centro de la ciudad, recuerdo que Tommy me dijo que estaba pensando en involucrarse como entrenador en el Hurling. Yo acababa de hacer una presentación a la dirección de Clarín sobre la teoría del gran coach de ciclismo Dave Brailsford acerca de la «agregación de ganancias marginales»: cómo tratar de mejorar todo un poco sobre la base de que todas esas pequeñas mejoras harían una gran diferencia general.

Lo hablamos y recuerdo a Tommy al volante de su Landcruiser asintiendo con la cabeza al principio, y diciendo «eso podría funcionar para el Hurling».

La temporada siguiente, con su ayuda como entrenador, el Hurling ganó la liga. Tommy me envió un mensaje para decirme «¡Matt! ¡Lo hemos conseguido!». Ese fue el momento en el que decidí iniciar el Hurling Rugby Fan Club (rama de Londres), que continúa funcionando con fuerza (sigo religiosamente sus resultados en Facebook) aunque siga limitado a un solo miembro.

Tommy ya no está con nosotros. Pero espero que «el gran hombre» esté vigilando todo en alguna parte, y si Los Pumas le dan una paliza a mi equipo mañana, levantaré una copa de su Black Label favorito para felicitarle: ¡Felicidades, Fiera!

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